viernes, 20 de enero de 2012

DE RODOLFO USIGLI

“EL GESTICULADOR”.

“Todos son unos gesticuladores hipócritas”.
Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.

El año 2012 es un año importante para decidir el rumbo del país, los mexicanos elegiremos Presidente de la República, 128 Senadores y 500 Diputados, las precampañas ya iniciaron, los foros y diversas acciones que realizan los Partidos Políticos, nos han servido para confirmar lo que ya sabíamos, nuestros presidenciables, diría en reciente entrevista el gran escritor y Maestro Carlos Fuentes, están muy pequeños para resolver los grandes problemas del país.
Después de los discursos, foros, entrevistas, declaraciones, yerros, de todos los precandidatos presidenciables, ellos hicieron que me acordara de la obra maestra de Rodolfo Usigli (1905-1979) “El Gesticulador”. Aunque esta obra se estrenó en el Teatro de Bellas Artes en el lejano 1947, tiene mucha vigencia porque de una manera distinta a lo narrado en la mencionada obra seguimos viviendo en una farsa.
Y para que el lector haga su propia interpretación de lo que aquí escribo, redactaré la trama, información sustentada en el libro “La Presidencia Imperial” de Enrique Crauze.
El personaje central de la trama es César Rubio, un mediocre profesor de historia de la Revolución mexicana, que se ha mudado al norte del país en busca de mejor fortuna. Lo acompaña su esposa, Elena y sus hijos, Julia y Miguel. Recién llegados, reciben fortuitamente la visita de un profesor de historia de la Revolución mexicana de la Universidad de Harvard, dedicado a investigar la biografía del verdadero precursor de la Revolución, un general llamado también César Rubio. A sabiendas de que el general murió asesinado y que casi no quedaban sobrevivientes que lo recordasen, convence al “gringo” de su versión: es decir, él era el gran y principal precursor de la Revolución.
La noticia aparece en el New York Times. Las fuerzas políticas del Estado se acercan a Rubio con veneración. Un anciano combatiente, casi ciego, lo reconoce conmovido. El pueblo lo aclama. Algunos le piden que se lance de inmediato para contender por la Gubernatura del Estado contra el general Navarro, típico cacique revolucionario que se ha perpetuado en el poder. Ante la mirada impotente de Elena, que en privado lo conmina a renunciar a la farsa y a abandonar el lugar, el profesor César se transfigura: sabe que él no es el verdadero César Rubio, Pero siente que lo es o que debe serlo. Su mentira se vuelve más real que la verdad.
Aparte de su mujer, hay una sola persona que sabe la verdad: su contrincante, el corrupto general Navarro. Miguel escucha a escondidas cómo Navarro trata a su padre con desdén: llamas César y te apellidas Rubio, pero eso es todo lo que tienes de general. Pero el profesor no se arredra:
Puede que yo no sea el gran César Rubio. Pero ¿quién eres tú? ¿Quién es cada uno en México? Dondequiera encuentras impostores, impersonadores, simuladores; asesinos disfrazados de héroes, burgueses disfrazados de lideres, ladrones disfrazados de diputados, ministros disfrazados de sabios, caciques disfrazados de demócratas, charlatanes disfrazados de licenciados, demagogos disfrazados de hombres. ¿Quién les pide cuentas? Todos son unos gesticuladores hipócritas.
Navarro era nada menos que el asesino del general Rubio. Cuando el profesor le revela su conocimiento de este secreto, Navarro se da cuenta de que su denuncia pública es imposible. Cada uno sabe la mentira del otro. El pueblo debía decidir en un plebiscito por cuál de los dos optaría, pero antes de que esto ocurra, unos pistoleros a sueldo de Navarro asesinan a Rubio. Navarro Finge consternación y declara al pueblo:
César Rubio ha caído en manos de la reacción en defensa de los ideales revolucionarios. Yo lo admiraba… Estaba dispuesto a renunciar a su favor porque él era el gobernante que necesitamos. (Murmullo de aprobación) pero si soy electo, haré de la memoria de César Rubio, mártir de la Revolución, víctima de las conspiraciones de los fanáticos y los reaccionarios, la más venerada de todas… La capital del Estado llevará su nombre, le levantaremos una Universidad, un monumento que recuerde a las futuras generaciones. (Lo interrumpe un clamor de aprobación)…
-¡Es usted repugnante!- le dice Miguel en otra escena a navarro.- y hace de México un vampiro… pero eso no es lo que me importa… es la verdad y la diré y la gritaré.
Buscare pruebas para demostrar que mi padre no es un héroe y usted es un asesino. Este no se inmuta.
-¡Viva Navarro! Clama el pueblo al verlo.
-¡No, no muchachos!- les responde. -¡Viva César Rubio. FIN.
Sin duda alguna esta es la obra maestra de Rodolfo Usigli, por algo es considerado el padre del teatro mexicano moderno, al leerla mi estimado lector, podrá notar que la obra que se escribió en 1938 y se permitió llevar al teatro hasta 1947, el mensaje central no ha cambiado mucho de la realidad política en que vivimos, pero en lo que sí tengo confianza, es que el pueblo es más crítico y analítico, y poco a poco ha ido alcanzado la gran mayoría de edad, ejerzámosla con razonamiento.
Correo electrónico: miguel_naranjo@hotmail.com




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