El seguimiento a este conflicto me hizo recordar a un libro que ya es un clásico de Norberto Bobbio como lo es “El Futuro de la Democracia” el cual fue publicado en su primera edición en 1984 versión en italiano y por primera vez en español en 1986.
El futuro de la democracia está no sólo en la ampliación del número de los estados democráticos ejemplo Tunes y ahora Egipto, sino también y sobre todo en proseguir el proceso de democratización del sistema internacional.
En esta obra Bobbio busca esclarecer las contradicciones en las que se mueve una sociedad democrática y mostrar los difíciles caminos que debe de seguir para salir de ellas sin perderse, así como para reconocer vicios congénitos, un ejemplo mexicano el viejo régimen priista que debilitaba al sistema democrático y hoy después de la transición política hacia la democracia debemos mediante reformas de fortalecerla.
Para este autor italiano la paz mundial depende del aumento en el número de los estados democráticos, una paz más estable en el mundo e incluso aclara que no se atreve a decir una paz “perpetua” aun teniendo la famosa obra de Kant, que marco una etapa de la historia del pacifismo activo, se basa en la mezcla de dos condiciones: el aumento del número de los estados democráticos en el sistema internacional cuyos miembros todavía están regidos, en su mayor parte, por gobiernos no democráticos, y el avance del
proceso de democratización del sistema internacional que, a pesar del reforzamiento incrementado del poder de la comunidad de los estados, previsto por estatuto de la Organización de las Naciones Unidas.
Para un régimen democrático, estar en transformación es su condición natural; la democracia es dinámica, el despotismo es estático y siempre igual a sí mismo.
Para los escritores democráticos de fines del siglo XVIII contraponían la democracia moderna (representativa) a la democracia de los antiguos (directa); pero no hubieran dudado el considerar el despotismo de su tiempo a semejanza del que describieron los escritos antiguos.
Se puede afirmar y concluir el presente comentario que la democracia se ha vuelto en estos años el denominador común de todas las cuestiones políticamente relevantes, teóricas y prácticas, pero además que es la única forma de estado mediante el cual la persona humana puede desarrollarse con libertad y dignidad, luego entonces, apostemos por el futuro de la Democracia.
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