jueves, 11 de agosto de 2011

SIGLO XXI CAMBALACHE,

PROBLEMÁTICO Y FEBRIL.


Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.

Realizando una reflexión sencilla y personal de los acontecimientos que llevamos vividos en el siglo XXI, esta reflexión me hizo recordar un Tango clásico llamado “Cambalache”, compuesto por Enrique Santos Discépolo, en el año de 1934.
Cambalache es un tango que logró el objetivo de describir los vicios, defectos y males, que aquejaban a la sociedad del siglo XX, es un tango argentino compuesto para la película “El alma del bandoneón” pero realmente no solo describe al pueblo argentino, su letra desnuda en general a toda nuestra sociedad.
Hoy que tenemos grandes problemas sociales, políticos, económicos y lo más preocupante, de valores, recomiendo leer la transcripción literal que hare de cambalache, pues considero que para poder mejorar como sociedades lo primero que hay que hacer es conocer de forma profunda la realidad que vivimos.
El tango que fue definido por uno de sus máximos poetas y me refiero al mismo Enrique Santos Discépolo como “un pensamiento triste que se baila”. Cambalache no sé si se baila, pero si se que debe de reflexionarse, sin más preámbulo de Enrique Santos Discépolo, “Cambalache”.
“Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé; en el quinientos seis y en el dos mil también; que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos, contentos y amargaos, valores y dublés, pero que el siglo veinte es un despliegue de maldá insolente ya no hay quién lo niegue; vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos.
Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador. Todo es igual; nada es mejor; lo mismo un burro que un gran profesor. No hay aplazaos ni escalafón; los inmorales nos han igualao.
Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos, caradura o polizón.
Qué falta de respeto, qué atropello a la razón; cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón. Mezclaos con Stravisky, van Don Bosco y la Mignon, don Chicho y Napoleón, Carnera y San Martín.
Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches se ha mezclao la vida, y herida por un sable sin remaches ves llorar la Biblia contra un calefón.
Siglo veinte, cambalache problemático y febril; el que no llora, no mama, y el que no afana es un gil.
Dale no más, dale que va, que allá en el horno nos vamo a encontrar.
No pienses más, echate a un lao, que a nadie importa si naciste honrao.
Que es lo mismo el que labura noche y día como un buey que el que vive de los otros, que el que mata o el que curao está fuera de la ley”.
Apreciado lector, no me considero un especialista del Tango, aunque si un ferviente seguidor, por eso en esta ocasión quise compartir una de sus joyas que sin duda nos hace reflexionar en donde estamos y hacia a dónde vamos.
Como comentario final considero que nuestra existencia material nos ha nublado la razón y en un mundo tan exigente y competitivo, pocas veces nos damos tiempo para la reflexión, así es mi estimado lector, si usted ha llegado a esta parte de la columna quiero decirle, que ya no le ha faltado el respeto a la razón.



Correo electrónico: miguel_naranjo@hotmail.com