jueves, 29 de septiembre de 2011

UN RECTOR HUMANISTA

EN EL MOVIMIENTO DEL 68.


Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.

El próximo domingo 2 de octubre se recuerda el movimiento estudiantil de 1968, sobre el tema hay una gran variedad de obras publicadas, investigaciones, películas, documentales e incluso año con año se realizan manifestaciones y es un día muy vigilado por el gobierno mexicano.
En esta ocasión, el comentario de la presente columna es reconocer el importante papel que desempeñó el entonces Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Ingeniero Javier Barros Sierra (1915-1971).
Hoy a los 40 años del deceso de este ilustre personaje resulta interesante conocer su valiente postura en el conflicto, pues firmemente defendió los postulados de la Autonomía universitaria a través de su famoso discurso y además guiando la conocida marcha por la avenida de los insurgentes a donde surgió un lema común del movimiento estudiantil como lo es “únete pueblo”.
El Ingeniero Barros Sierra, había sido secretario de obras públicas en el Gobierno de Adolfo López Mateos, por lo tanto, se podría afirmar que era un hombre del sistema y ese es un mérito muy especial, que a pesar de pertenecer al Gobierno cuando tuvo que defender sus principios e ideología lo hizo con firmeza, y cuidado que en aquellos años era difícil.
El rector encabezó varias marchas de protestas y mandó a izar la bandera de la explanada de rectoría a media asta, lo que provocó una enemistad con el Presidente Díaz Ordaz. “hay violación a la autonomía- dijo el entonces Rector Barros Sierra- cuando el Estado, por cualquier medio cuarta la independencia académica de la Universidad.”
La valiente postura y el espíritu combativo, autónomo, libre, del Ingeniero Barros Sierra considero que tiene un origen histórico, pues el Ingeniero fue nieto de Don Justo Sierra, quien fue un decidido promotor para que se fundara la UNAM, además por si fuera poco el “Maestro de América” a pesar de haber pertenecido a la alta elite del Porfiriato, cuando tuvo que declinar lo hizo, lo anterior se confirma con el enorme apoyo que le dio a los jóvenes del “ateneo de la juventud de 1909” los cuales eran sus alumnos y ese hecho le causó fuertes conflictos con el entonces Presidente Porfirio Díaz.
La democracia en México es un tema muy utilizado, pero en la práctica es un tema reciente, para poder ir fortaleciendo nuestra débil democracia es importante conocer sus antecedentes, movimientos y personajes, por lo tanto, el Ingeniero Javier Barros Sierra es uno de esos personajes que con su lucha y esfuerzo nos han heredado lo que hoy tenemos, una Universidad Autónoma, con libertad de Cátedra, libertad de expresión, orgullo de México, por algo apenas en el 2009 fue galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de comunicación y humanidades.
El movimiento estudiantil de 1968 es un tema complicado, de tristes recuerdos, pero es parte de nuestro pasado y ese acontecimiento heredo en gran medida la democracia que hoy tenemos, hoy es tiempo de valorar, pero sobre todo de luchar por el México que queremos, nadie puede negar la grandeza de la UNAM y esa grandeza se la debemos a esos hombres que pensaron y actuaron distinto, hombres que estuvieron a la altura de sus tiempos, así pues hagamos nuestro el lema de la UNAM creado por José Vasconcelos. “por mi raza hablará el espíritu”.
Correo electrónico: miguel_naranjo@hotmail.com

martes, 13 de septiembre de 2011

EL VERDADERO MARTIRIO

DE MORELOS.


Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.

Los mexicanos desde la educación primaria, la historia oficial nos muestran a los héroes patrios casi como unas deidades, hombres inmaculados, hombres que tenemos que imitar para seguir convirtiendo a México en el país que siempre hemos soñado.
Mi estimado lector la presente columna no es una diatriba, al contrario es todo un homenaje y reconocimiento para los héroes de la independencia pero vistos desde una historia humanista, cálida, realista, historia que nos debe hacer valorar más a esos hombres que lucharon por tener al México que hoy tenemos, una nación libre e independiente, un pueblo con Dignidad y con sueños propios.
De todos los héroes mexicanos, en esta ocasión me referiré al Sacerdote Don José María Morelos y Pavón, y me refiero a él porque el título de la presente columna es una obra maestra del escritor tapatío Vicente Leñero (1933- ), la cual lleva el nombre “El Martirio de Morelos” publicada en el año de 1981 por la prestigiosa editorial catalana Seix- Barral, la cual en aquella década de los ochentas le publicaba a los grandes autores del Boom Latinoamericano.
En esta obra el maestro Leñero, nos muestra al Morelos humano, católico, guía del movimiento de independencia en su segunda etapa, con defectos y virtudes, al cura José María Morelos como padre de tres hijos, temeroso de la muerte y asfixiado por las trampas de la fe como reza el título de la obra del premio Nobel de Literatura Octavio Paz, pues la inquisición en su juicio lograron un verdadero tormento para un hombre creyente, un ser de fe, un católico distinto a la época, pero un católico de verdad.
Las debilidades de estos héroes de carne y hueso no les restan méritos, al contrario los hacen más valiosos, porque con todos los temores naturales del ser humano y sobre todo en aquella época, supieron y tuvieron el valor de enfrentarse a los peligros de las armas, de la traición, a la manipulación existencial de la iglesia, y porque no decirlo, a sus propios problemas existenciales.
Cuando se estrenó la obra “El Martirio de Morelos“ provocó gran polémica, pues además de considerarse una fuerte crítica al Gobierno del entonces Presidente Miguel de la Madrid, quien había convertido al siervo de la nación en su héroe oficial, La UNAM máxima casa de estudios y ejemplo en la década de los años veinte y treinta de la lucha por la autonomía y libertad de expresión, condicionó a que antes de ser presentada la obra en público, fuera presentada en exhibición privada ante prominentes miembros de esta casa de estudios para su visto bueno.
Hoy treinta años después de la publicación “El Martirio de Morelos” y con un juicio más equilibrado y sin censura, recomiendo leer esta obra, la cual se encuentra en el teatro completo de la UNAM de Vicente Leñero.
Mi apreciado lector, considero que la mejor manera de conmemorar nuestra independencia es conociendo y releyendo nuestra historia, pero la verdadera historia, es a través de ella como nos quitaremos la venda de los ojos, cada día aprenderemos a ser más críticos, pero sobre todo a comprender nuestro presente y sólo así podremos mejorar nuestro futuro.
Lo que es permanece y lo que no se desvanece, pero sólo a través de la verdad y no del mito, de la historia real, crítica y no de la creada, valoremos que con todos sus defectos y virtudes el siervo de la nación, tuvo genuinos sentimientos para esta nación.
Felicidades México. Correo electrónico: miguel_naranjo@hotmail.com
EL VERDADERO MARTIRIO

DE MORELOS.


Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.

Los mexicanos desde la educación primaria, la historia oficial nos muestran a los héroes patrios casi como unas deidades, hombres inmaculados, hombres que tenemos que imitar para seguir convirtiendo a México en el país que siempre hemos soñado.
Mi estimado lector la presente columna no es una diatriba, al contrario es todo un homenaje y reconocimiento para los héroes de la independencia pero vistos desde una historia humanista, cálida, realista, historia que nos debe hacer valorar más a esos hombres que lucharon por tener al México que hoy tenemos, una nación libre e independiente, un pueblo con Dignidad y con sueños propios.
De todos los héroes mexicanos, en esta ocasión me referiré al Sacerdote Don José María Morelos y Pavón, y me refiero a él porque el título de la presente columna es una obra maestra del escritor tapatío Vicente Leñero (1933- ), la cual lleva el nombre “El Martirio de Morelos” publicada en el año de 1981 por la prestigiosa editorial catalana Seix- Barral, la cual en aquella década de los ochentas le publicaba a los grandes autores del Boom Latinoamericano.
En esta obra el maestro Leñero, nos muestra al Morelos humano, católico, guía del movimiento de independencia en su segunda etapa, con defectos y virtudes, al cura José María Morelos como padre de tres hijos, temeroso de la muerte y asfixiado por las trampas de la fe como reza el título de la obra del premio Nobel de Literatura Octavio Paz, pues la inquisición en su juicio lograron un verdadero tormento para un hombre creyente, un ser de fe, un católico distinto a la época, pero un católico de verdad.
Las debilidades de estos héroes de carne y hueso no les restan méritos, al contrario los hacen más valiosos, porque con todos los temores naturales del ser humano y sobre todo en aquella época, supieron y tuvieron el valor de enfrentarse a los peligros de las armas, de la traición, a la manipulación existencial de la iglesia, y porque no decirlo, a sus propios problemas existenciales.
Cuando se estrenó la obra “El Martirio de Morelos“ provocó gran polémica, pues además de considerarse una fuerte crítica al Gobierno del entonces Presidente Miguel de la Madrid, quien había convertido al siervo de la nación en su héroe oficial, La UNAM máxima casa de estudios y ejemplo en la década de los años veinte y treinta de la lucha por la autonomía y libertad de expresión, condicionó a que antes de ser presentada la obra en público, fuera presentada en exhibición privada ante prominentes miembros de esta casa de estudios para su visto bueno.
Hoy treinta años después de la publicación “El Martirio de Morelos” y con un juicio más equilibrado y sin censura, recomiendo leer esta obra, la cual se encuentra en el teatro completo de la UNAM de Vicente Leñero.
Mi apreciado lector, considero que la mejor manera de conmemorar nuestra independencia es conociendo y releyendo nuestra historia, pero la verdadera historia, es a través de ella como nos quitaremos la venda de los ojos, cada día aprenderemos a ser más críticos, pero sobre todo a comprender nuestro presente y sólo así podremos mejorar nuestro futuro.
Lo que es permanece y lo que no se desvanece, pero sólo a través de la verdad y no del mito, de la historia real, crítica y no de la creada, valoremos que con todos sus defectos y virtudes el siervo de la nación, tuvo genuinos sentimientos para esta nación.
Felicidades México. Correo electrónico: miguel_naranjo@hotmail.com