jueves, 27 de octubre de 2011

AMOR CONSTANTE MÁS
ALLÁ DE LA MUERTE.


¿Qué es el Hombre?
Sucesivos pasos de difuntos.

Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.

El próximo primero y dos de Noviembre se celebra el día de muertos, es una festividad mexicana que se lleva a cabo según datos históricos desde épocas prehispánicas, respetando la diversidad de creencias, ideologías, culturas, costumbres, religiones, idiosincrasia, en esta ocasión decidi escribir mi presente columna sobre un poema de uno de los escritores españoles más importantes del siglo de oro, como lo fue Francisco de Quevedo (1580-1645).


Independientemente a la historia de las religiones y las diversas posiciones ideológicas en el mundo, la muerte y que hay después de ella, es un tema universal e innato al ser humano, hay variadas y respetables teorías que dan explicaciones y posibles respuestas al tema, pero en esta publicación quiero compartir el soneto de Francisco de Quevedo titulado “Amor constante más allá de la muerte”, pues considero que para todos aquellos que su fe está más allá de la vida servirá de alivio para recordar con esperanza a sus familiares y seres queridos que ya se han ido, pero sobretodo es una respuesta más al interminable problema existencial de la existencia.


“Es importante recordar que el soneto es una forma poética compuesta por catorce versos de once sílabas. Los versos se organizan en cuatro estrofas: dos cuartetos y dos tercetos. Aunque la distribución del contenido del soneto no es exacta, puede decirse que al primer cuarteto presenta el tema del soneto, y que el segundo lo amplifica o lo desarrolla. El primer terceto reflexiona sobre la idea central, o expresa algún sentimiento vinculado con el tema de los cuartetos.


El terceto final, el más emotivo, remata con una reflexión grave o con un sentimiento profundo, en ambos casos, desatados por los versos anteriores. De esta manera, el soneto clásico presenta una introducción, un desarrollo y una conclusión en el último terceto, que de algún modo da sentido al resto del poema”.

Quise recordar el componente del soneto para valorar el sentido y mensaje del escritor madrileño en el terceto final, pues claramente presenta su fe en la inmortalidad, en un devenir esperanzador, por lo tanto, sin más preámbulo transcribo:

Amor constante más allá de la muerte.
“Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare al blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjear;

Más no es otra parte en la ribera
Dejará la memoria, en donde ardía;
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.

Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,
Venas, que humor a tanto fuego han dado,
Médulas, que han gloriosamente ardido,

Su cuerpo dejará, no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.

Siempre se dijo que Francisco de Quevedo, fue un escritor pesimista, pero lo que podemos encontrar de este poeta en el presente soneto es lo contrario, se puede afirmar que su fe es más poderosa que su pesimismo, y como todo poeta siempre tiene un concepto del hombre, éste sin duda es un concepto general, que nos permite reflexionar sin dogmas ni trabas ideológicas.

El poeta nos presenta un mundo difícil, complejo, sufrido, existencia en la cual el alma no es libre y que toda esta complejidad de nuestra existencia física, terrenal, después de la muerte se llenará de regocijo, porque si es verdad que todos al final seremos polvo, seremos un polvo enamorado.

Por lo antes comentado y respetando la diversidad de creencias, hagamos del “Amor constante más allá de la muerte” un soneto que nos de esperanza en cualquiera de nuestras ideologías, es decir, el camino para lograr esa felicidad después de la vida puede variar según nuestras creencias, pero lo que no debería de variar es la fe en un mejor porvenir al terminar nuestra existencia.

Así es mi apreciado lector hay muchas cosas que le dan sentido a este mundo terrenal, considero que el amor es lo más importante, pero al final lo que vivimos es un amor temporal, efímero, material, inacabado, y porque no decirlo a veces es un amor sufrido, porque amamos tanto lo que somos y queremos, que vivimos infelices porque con el paso de los años ya ni seremos ni amaremos.

Si nuestra fe es tan grande y el amor todo lo puede, entonces hagamos que nuestro amor sea tan fuerte y perenne que pueda estar más allá de la propia muerte.


Correo electrónico: miguel_naranjo@hotmail.com

lunes, 10 de octubre de 2011

¿DESCUBRIMIENTO, ENCUENTRO O

INVENCIÓN DE AMÉRICA?


Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.


El 12 de octubre de 1942 se celebra el día de la raza, esta celebración se lleva a cabo en México por decreto desde 1928, el tema es universalmente conocido la historia clásica y podría decirse que la historia oficial nos enseña que se festeja el descubrimiento de América por Cristóbal Colón.
La palabra descubrimiento significa hallazgo, conocimiento de algo desconocido, invento, derivado de lo anterior e investigando el presente tema recomiendo acudir a dos destacados historiadores mexicanos y respetados internacionalmente, me refiero al Doctor Miguel León Portilla y Edmundo Rafael O'Gorman.
El objetivo del presente comentario no es discutir el acontecimiento, aquí el análisis consiste en que para estos autores la llegada de los españoles no es un descubrimiento, porque cuando los europeos llegaron existía toda una cultura, identidad, idiosincrasia de los pueblos recién descubiertos para los habitantes del viejo continente.
El Doctor Miguel León Portilla, el cual es un especialista del estudio de las culturas prehispánicas de México realiza una fuerte crítica a la historia que utiliza el término descubrimiento y propone la teoría del “encuentro de dos mundos”. El Doctor Portilla que ha sido galardonado con diversos Doctorados Honoris Causas por prestigiadas universidades de Francia, Estados Unidos de América, Argentina, Perú, Bolivia, México entre ellas la UNAM, manifiesta que en el siglo XV al ser Europa el centro de la civilización construyeron ideológicamente al continente americano, se crearon las grandes utopías como la de Tomás Moro, los grandes sueños para el continente recién descubierto y nos impusieron su cultura e ideología, es decir, eliminaron todo lo que teníamos, lo que ya existía.
Para Edmundo O´Gorman, en una de sus clásicas obras como es “La invención de América” manifiesta que los europeos nos crearon o inventaron como ellos nos pensaron, imaginaron y soñaron, es decir, el continente del futuro. En su libro esboza las razones y circunstancias que contribuyeron a la construcción ideológica y asimilación mental de lo que posteriormente se supo era la cuarta parte del mundo. Por eso el término de invención porque lo que se idea es lo que se inventa.
En este trabajo “el historiador filósofo” quien fue miembro de la Academia Mexicana de la Historia y recibió el Premio Nacional de Letras en 1974, realiza un estudio de todo lo que se había pensado y escrito de América. Europa vio a nuestro continente como la tierra del futuro.
Por lo antes comentado resulta importante plantearse las siguientes interrogantes: Hoy después de 500 años ¿seguiremos siendo el continente del futuro? ¿Por qué América con todas sus riquezas y potencialidades no ha trascendido en el concierto mundial? ¿Hasta cuándo seguiremos siendo un eco de Europa como lo dijo Hegel?
El planteamiento puede tener muchas respuestas e incluso surgir controversias, pero la realidad es que sólo un país de América vive a la altura de las civilizaciones europeas llamadas de primer mundo, considero que los hispanoamericanos tenemos todavía la oportunidad de construir y convertirnos en el continente ya no del futuro sino del presente, que tenga su propio desarrollo, que rescate y construya su propia filosofía, manera de pensar, que alcancemos nuestra mayoría de edad, es decir, que razonemos con nuestro propio entendimiento.
No se trata de imitar o despreciar todo lo europeo, se trata de construir un continente fuerte, que ya no sean temas comunes los golpes de estado, la pobreza, la corrupción, la ingobernabilidad, el atraso educativo, la deslealtad, entre otros males que aquejan a nuestros países, es de notar que cuando logramos nuestra independencia en lugar de unirnos para construir naciones fuertes, solidas, desarrolladas, en todos los países se desataron guerras internas por el poder entre los ya conocidos liberales y conservadores, no es difícil recordar lo sucedido en Colombia, Chile o México, sólo por citar unos ejemplos, tristemente de esos hechos reales se deriva la grandeza de las obras de Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Octavio Paz, Rómulo Gallegos, por nombrar a unos cuantos gigantes de la Literatura que han desnudado y descrito los males de nuestro continente.
Por eso hoy mi apreciado lector, la mejor forma de festejar el día de las naciones, es reflexionando como países y continente, cual es la ruta que debemos seguir para convertir a América en una realidad propia y no en una invención creada ideológicamente, y así pasar de cien años de soledad a cien años de felicidad. “Tal vez sea mi utopía, pero si los europeos la tienen por qué nosotros no”.

Correo electrónico: miguel_naranjo@hotmail.com